POR ARMANDO VÁSQUEZ A.
En el boletín oficial del 26 de noviembre de 1938 se publicó la Ley 82 que dio vida a la Universidad de Sonora fundada en 1942. El objetivo principal era que sus egresados desarrollaran una labor externa de apoyo a la sociedad. Obvio, por el atraso que sufría entonces Sonora. Las broncas internas tenían que ser dirimidas por un comité administrativo. El rector se dedicaba a la superación académica exclusivamente.
Tres años después surgió la Ley 168 (6 de febrero de 1939), en la que se establecía la preferencia de ingreso a la clase más pobre y el otorgamiento de cuatro becas a sectores de campesinos y obreros. Fue cuando se determinó expropiar los terrenos donde actualmente se encuentra la unversidad, pero sus propietarias se opusieron y en total, por las quince hectáreas el gobierno pagó más menos quince mil pesos.
Desde entonces se agregó por decreto, un pago de la ciudadanía vía diferentes cobros de gobierno (impuestos, derechos, etcétera) del cinco por ciento. (Boletín 45 del 7 de junio de 1939).
Pasaron catorce años y surgió la ley orgánica 92 de Enseñanza Universitaria (1953) en la cual dan más fuerza al rector, (quien será el jefe nato y como contrapeso dan vida a un Consejo Universitario), regeneran las estructuras (aparecen y desaparecen diferentes organismos de apoyo administrativo) y adecuan planes de estudios para la impartición de las nuevas profesiones reforzando las materias existentes.
El gobierno amplía a su vez la recaudación a otros rubros diferentes con el pago del 5%. Ya se empieza a hablar de autonomía y hasta la ciudadanía en general podía participar en la elección de rector.
Hasta aquí permite internet leer el libro de Carlos Moncada (primeras 91 páginas), “Historia General de la Unison. Legislación universitaria 1938-1991”, en el cual se transcriben las diferentes leyes orgánicas y que sirven para comprender los procesos por los que ha atravesado el Alma Máter. https://bit.ly/3j3Ba4V
Posteriormente, la cuarta ley orgánica, decretada veinte años después de la anterior (agosto 23 de 1973), https://bit.ly/3J9eOcV arroja el fortalecimiento de su autonomía basado en un pluralismo ideológico, anti dogmática, con crítica, libre conforme a los artículos 3,4 y 5 de la Constitución en materia de pensamiento, creencia y expresión, otorgando a un Consejo Universitario la autoridad máxima llevando como presidente al rector.
Se le dio un fuerte impulso al alumnado que a través de sus sociedades por escuela (que nacieron junto con la Unison pero con otros objetivos), podían inmiscuirse en importantes decisiones incluyendo la elección de rector, jurídicamente se abrió la oportunidad de acrecentar su patrimonio declarándolo inembargable, inalienable e imprescriptible.
Se le da un valor a los empleados (cuyo sindicato nació el 30 de marzo de 1976), y a los maestros (nace el Staus el 9 de diciembre de 1976), pues hay que recordar que estaba muy cerquita el movimiento del 68. En ninguna de las leyes anteriores se denostó la fuerza que representaba el alumnado. En esta nueva ley se podía correr al rector con la votación de las dos terceras partes del Consejo Universitario y a otros funcionarios.
Se sobre entiende, que a diferencia de las leyes orgánicas anteriores dejaron de manejarse los rubros de cobranza de todo tipo al alumnado, hecho que se retomó con la aplicación de la ley cuatro promulgada en 1991 (18 años después) y hoy vigente en la que se permite el pago de inscripción y de semestres conforme a la productividad del estudiante. https://bit.ly/3XCVxEX
El común denominador de todas las leyes que han dado vida a la Unison es la conformación de un esquema que permita la elección de un rector como cabeza de la organización académica lo que ha representado el cúmulo de acciones –en la mayoría de las ocasiones violentas que paralizaban por buen tiempo a la institución–, que significaba la ascensión de un personaje al máximo poder.
Así fue hasta la aparición de la Ley 4 que conformaron la Junta Universitaria como cuerpo que designaba al nuevo titular y se hizo a un lado a alumnos, maestros y personal tanto administrativo como trabajadores en general.
Las estructuras académicas han sido similares en los casi 81 años que tiene la Unison, con cambios obvios en base a su crecimiento que al día de hoy llega a poco más de 33 mil alumnos y un millar de estudiantes de posgrado, misma cantidad de maestros, ah y unos dos mil empleados.
Ahora se busca reformar de nueva cuenta la ley orgánica de la Unison. https://bit.ly/3JiQdm9
En septiembre del 2019 un grupo de maestros universitarios –se notaba la mano del delegado del bienestar, Jorge Taddei–, presentó una iniciativa de reforma que sustentó la diputada Ernestina Castro Valenzuela con proyecto de decreto https://bit.ly/3YdCC3N y que se guardó buen tiempo pues un año después, en noviembre, los diputados definieron socializarla por agresiva. https://bit.ly/3j2bi9s
Es que, por ejemplo, coartaba el derecho de superación académica al no permitir al alumnado y maestros su superación en otras partes del mundo. Prácticamente la desaparición de vinculación universitaria, la masificación de planes de estudio y un largo etcétera.
Así, la nueva propuesta trata de cambios en varios aspectos sustanciales: que no se cobre ni un cinco a los alumnos, la no reelección en ninguno de los diferentes directivos, vigilancia extrema de las finanzas, transparencia, simplificación de las estructuras orgánicas y académicas, desaparición de la Junta Universitaria, elección del rector de manera democrática con la participación de toda la comunidad de la Unison, (con todo lo que la historia de la universidad ha sufrido al respecto), conformación de una Junta Hacendaria Universitaria como factótum en las decisiones restándole amplio poder al rector (algo similar a 1973) y fortalecimiento del Colegio Académico.
Para los cambios de planes de estudios y toma de decisiones en el mejoramiento académico se maneja el apoyo y creación de un Consejo de Innovación Institucional.
No es fácil observar si dichos cambios serán positivos o negativos. Al menos en la teoría y al corto plazo. Pero, a como se pinta, la decisión recaerá en manos del gobernador Alfonso Durazo quien ya se entrevistó con la rectora Rita Plancarte https://bit.ly/3XzDHCN pero los mencionados cambios aún no han sido sensibilizados en la sociedad, como se esperaba. Será una decisión tajante, a cómo se ve. Será cosa de esperar unos días.
EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.
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Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorado en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…
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